domingo, 25 de mayo de 2008

[ Pedazos ]

Cómo dice mi maestro de teatro: Estamos hechos de llanto.

[ No en vano lo primero que hacemos en la vida es llorar ]

1. Las lágrimas rodaban por las mejillas de la pequeña niña. Ella, en silencio y entre espasmódicos movimientos del diafragma, miraba como sus cinco globos de helio ascendían. Se alejaban con apuro de su manito blanca que los había descuidado, apenas durante un segundo, por la tentación de un algodón de azúcar. Su tristeza era comparable con la de quien pierde, entre las manos, el brillo de un puñado de estrellas.

2. Decime que me querés. Le dijo al oído mientras con la yema de sus dedos le acariciaba las cejas. Tenía los ojos cerrados y no pronunció palabra. La caricia se detuvo. Una lágrima se le escapó a los párpados que no quisieron abrirse. Él comprendió y se marchó.

3. Colgó el teléfono con rapidez. Se sintió orgulloso de haber sido tan frío, de haber tenido una conversación netamente académica y de no haber mencionado los hechos de la noche anterior. Utilizó el tono neutro que le habían aconsejado sus amigos y no dejó espacio para silencios. Lo más seguro es que ella habría quedado desconcertada, tal y como lo había planeado. Por eso colgó tan rápido, tanto que no se percató del sollozo que había estallado al otro lado de la línea.

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