lunes, 31 de marzo de 2008

¿Cruzar o no cruzar?


Indecisión

Palabras prestadas

No sé cómo buscarte,
si lo supiera no sé si lo haría,
me he convencido de la dificultad de encontrarte.

Qué decirte cuándo te vea,
cómo justificar mi búsqueda,
mi presencia,
mi ansiedad
y mi espera.

No sé cómo borrarte,
si lo supiera no sé si lo haría,
me he acostumbrado a cerrar los ojos y verte.

Qué hacer si me faltas,
cómo calmar mi tristeza,
mi angustia,
mi anhelo
y mi llanto.

No sé como no esperarte,
si lo supiera no sé si lo haría,
me he persuadido de la necesidad de tenerte.

Qué decirle a tu ausencia,
cómo hacerla mi compañía,
mi confidente,
mi esperanza
y mi monotonía.

No sé cómo quedarme con vos,
si lo supiera no sé si lo haría,
me he convencido de no poseerte.
- ¿Ya encontraste a la que vuela?
- Es difícil...
- ¿Que cosa?¿La búsqueda?
- El amor...
- ¡Claro! ¡Si creés que existe ya estás perdido!
- ¡Pero si está en el diccionario!
- ¿Ah sí? Contáme haber cómo lo define la Academia.
- Amor: del latín amor, -oris. Eme. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
- ¡Encuentro y unión preferiblemente de tipo sexual con otro ser igual de insuficiente, de necesitado y de idiota! Eso se acerca más a la definición de conveniencia.
- ¿Entonces pensás que el amor se limita al sexo?
- ¡Que el amor no existe te digo! Pero sí, la búsqueda del hombre se limita al sexo.
- Que equivocada estás...
- Que iluso sos...

sábado, 29 de marzo de 2008

Cierra los ojos.
No hables.
Respira.
Percíbeme sin tocarme.
Siente la conexión.
Escucha.
No dudes.
Camina.

Solo así podremos hacerlo verdaderamente juntos.

Reclamo

¿Qué papeles debe llevar uno y dónde los presenta para hacer un reclamo por una semana que vino defectuosa?
Rueda una lágrima y cae en el café. Tocará ponerle más azúcar, entonces.

viernes, 28 de marzo de 2008

Posposición

H estaba parado al borde del abismo, nunca le habían dado miedo las alturas así que sin ningún problema miraba hacia abajo, casi hipnotizado, el acantilado. Sentía mucho dolor, más a nivel sentimental que físico, respiraba con pasividad y no podía evitar que una que otra lágrima se le escapara. Los recuerdos amargos se mezclaron con los amenos en un interminable y psicodélico flash back; las amarguras superando siempre en intesidad emotiva a las alegrías. H tomó aire, y miró hacia abajo con resignación, cerró los ojos y dobló levemente sus rodillas para impulsar el salto. Estando a punto de empujarse hacia arriba abrió los ojos y se quedó quieto. Se había olvidado de darle la comida a Pluto, el suicidio quedaba pospuesto.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Pedazo de Pasado

De vos solo tengo pedazos. Pedazos de besos, de miradas, de caricias, de palabras... de canciones no porque a esas el tiempo no las rompe.

No sé que pasa con los pedazos, seguramente se habrán ido volando cuando abrí la ventana o la puerta, o cuando encendí el ventilador. Ya te dije que esas cosas las rompió el tiempo aunque para qué mentirte, en ocasiones usé las tijeras y en otras el bisturí, y a veces el cuchillo, y hasta mis manos utilicé... Qué hago si el tiempo a veces se pone demasiado lentejo con sus labores y yo me impaciento. Pero eso sí, los pedazos se han ido no por mi voluntad sino por la del viento que todo se lo lleva, muchos de ellos han tenido pisapapeles y cosas pesadas encima pero también he tenido que evitar que salgan volando otras cosas que me resultan más... no sé, útiles, menos dolorosas, qué se yo.

¿Cajones? No, nunca. Los cajones son para las certezas, para lo que uno no tiene que recordar. Para qué guardar recuerdos en un cajón si frecuentemente lo vas a estar abriendo y cerrando... No, los recuerdos van afuera luchando por no ser llevados por el viento ni rotos por el tiempo, así funciona.

Vos sos un pedazo más, estas ahí junto con los otros pedazos que tienen tu firma. Te aviso que ya se voló el pedazo que tenía tu olor y acabo de ver salir al que tenía tu sabor. Poco a poco se te van yendo las cosas o se me van yendo o se le van yendo a ella, no sé realmente de quien son, creo que al final son de todos o de nadie o más tuyas que mías, en fin.

Algún día, pedazo de pasado, voy a utilizar esa piedra que te sostiene, ese día, espero que te volés, rápido, y que ningún viento te vuelva a traer.

Silencio

A Lola alguien le dijo una vez que escuchar música con audífonos era poner una barrera entre sus pensamientos y el mundo exterior. Por eso, cada vez que no quiere pensar llena el mp3 con sus canciones favoritas, que no son pocas, y se pasa el día con sus audífonos puestos. Hoy, por ejemplo, es uno de esos días. Alrededor de las 11 de la mañana, despues de darse una larga ducha y pelear con sus inquitantes pensamientos, sale de su casa para caminar y olvidarse de todo. Camina sin afán, canta cuando no hay nadie cerca y se limita a mover los labios cuando está rodeada de personas. Se sienta en la banca de un parque a la sombra de un árbol a mirar el cielo y a cantar, sube el volumen y cierra los ojos, afortunadamente a esta hora las personas están más preocupadas por su almuerzo que por la conducta de los demás.

El hambre y la falta de plata hacen que Lola vuelva a su casa después de mucho caminar, mucho sol y mucho calor. Entra, se acuesta en su cama y canta como en un susurro, se asoma una lágrima y el dolor de cabeza característico del hambre con el que tendrá que lidiar para inventarse un almuerzo. Se siente casi egoísta por no prender el equipo de sonido y poner la música a todo volumen, por no llamar a Susana y desahogarse y por no llorar como le gustaría. En el fondo disfruta su egoísmo y su vendaval interno.

Lástima que Lola, de tanto evadir su pensamientos se haya quedado sorda. Ahora tendrá que pensar, siempre.

lunes, 24 de marzo de 2008

No sé Olvidar

Ya lo dijo el poeta maldito, no es agradable la espera cualquiera que sea.

Quisiera que el amor dure cinco minutos
aunque es el único dolor merecido
los inocentes somos culpables siempre.

Quién dijo cómo tenía que ser todo
por qué no podría ser a mi modo
que la libertad sea divina.

Porque el amor te espera en la esquina
y el dolor te espera en cualquier lado
ya no quiero mi aliento oxidado solo para mí.

Que alguien me diga lo que tengo en el pecho
y me lo saque de mala manera
no es agradable la espera cualquiera que sea.

Podría confesarte todo sin problema
también olvidarme de mi pasado
bailo mejor acostado y no se olvidar.

Porque el amor te espera en la esquina
y el dolor te espera en cualquier lado
ya no quiero mi aliento oxidado solo para mí...

Gracias, Andrelo

B&W

domingo, 23 de marzo de 2008

Quiero un Abuelo

Yo quiero un abuelo que me cuente historias sin importar si son inventadas o no. Quiero un abuelo que me diga "mijita" y que se ponga sombrero. Quiero un abuelo arrugadito y canoso que se ponga sudadera y cachucha plana para salir a caminar con otros abuelitos. Quiero un abuelo que cuando me vea me de un besito seco en la mejilla, me pida que le lea los titulares de la prensa cuando se le queden las gafas y tenga paciencia para mi lectura de segundo de primaria. Un abuelo que me invite a helado mientras le damos la vuelta a la manzana caminando despacito. Quiero un abuelo que me enseñe historia patria, que me muestre con orgullo su vitrola y ponga los tangos que aún no se le han olvidado. Quiero un abuelo que me abrace fuerte, me siente en sus rodillas y me sobe la cabeza cuando esté llorando porque me caí jugando chucha cogida. Un abuelo que me eche cosas que arden en los raspones. Quiero un abuelo que me enseñe a tirar el trompo y a encholar la pirinola. Un abuelo que me hable de la primera vez que conoció el mar. Quiero un abuelo que me cuente como conquistó a mi abuela. Un abuelo con el que pueda sentarme en el balcón a mirar pasar la gente. Un abuelo que me traiga confites cuando vuelva del Centro. Quiero un abuelo que en navidad me regale una muñeca de trapo, que me haga la trenza, así sea despelucada, cuando mi abuela esté ocupada y que me lleve al colegio. Un abuelo a quien le gusten mis dibujos y que no le importe que esté desafinada cuando le cante mis canciones de la Iguana, de Sammy el heladero y de los otros que me gustan. Quiero un abuelo que me explique cómo plantar una matica y que me enseñe cómo se llaman las flores.



Quiero un abuelo para no llorar cuando vea a los viejitos solos en la calle y para no tener que resistir las ganas de abrazarlos.

Apagón

Se fue la luz y no he podido encontrar las velas. Me siento al lado de la ventana y me divierto escuchando los gritos de la gente en la calle. Cualquier cosa es mejor que escuchar quien sabe qué dentro de la casa vacía. Escucho la llave en la cerradura. Menos mal entraste gritando mi nombre porque perfectamente me hubieras podido matar de un susto. Me das un beso, me tomas de la mano, tropezamos con las cajas que no hemos desempacado y nos ponemos a jugar. Ahora me importa un pito la luz, por mí, que no vuelva. Mejor, que no amanezca.

domingo, 16 de marzo de 2008

Ninguna

Qué culpa tiene la nena de sentirse sola, de preferir devorar libros de novelas a ver televisión, de soltar lágrimas cuando no consigue lo que quiere, de tener que vivir bajo las reglas de un padre que siempre dice que no. Qué culpa tiene ella de soñar, de tener anhelos de libertad y encontrarla, los fines de semana, en las cuatro paredes de su habitación. Qué culpa tiene de querer querer, de querer volar, de querer un perro, de querer vivir sola, de querer salir hasta tarde, de querer flores, de querer ser ella, de querer hacer lo que quiera, de que nada le importe y luego le importe todo. Qué culpa tiene la nena de sentirse con ganas de escuchar música romántica, de gritar, de dormir, de besar, de bailar, de actuar, de beber, de llorar, de reír, de fumar, de escribir, de irse.

Qué culpa tengo yo de tener a esa nena por dentro.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Vitral

En mi cuarto, colgado de la pared azul hay un pequeño vitral que alguien me regaló. Lo único que recuerdo de su procedencia es que me lo dío un amigo secreto. No está firmado y seguramente hace tiempo me deshice de su empaque. Lo bueno de no recordar quien me lo regaló es que no tendré que darle a nadie la mala noticia de que se ha quebrado, lo malo es que no tendré quien me lo reponga.
Quisiera tomarme una pastilla para el dolor de cabeza pero sé que no funcionará... mi cabeza no está conmigo. Que se tome la pastilla él haber si me deja de doler.

lunes, 3 de marzo de 2008

Trato

¿Que tal si te regalo la luna y vos me regalás un pedacito de cielo?
¿Que tal si te regalo una sonrisa y vos me regalás un beso?
¿Que tal si te regalo una mirada y vos me regalás un secreto?
¿Que tal si te regalo una hora y vos me regalás más tiempo?
¿Que tal si te regalo una almohada y vos me regalás un sueño?
¿Que tal si te regalo una puerta y vos me regalás un rincón entero?

Hagamos un trato, nadie saldrá perdiendo, te lo prometo.