domingo, 22 de junio de 2008

Ritual

"Yo no sé que hacer con usted". Le dijo como quien se encuentra frente a un caso perdido. La primera medida que había tomado era tratarla así, de usted, como nunca lo había hecho. "Sus cosas ya están empacadas". Sentenció señalando la puerta y trazando una línea imaginaria hasta la sala dónde se encontraban el maletín y la caja de cartón. "Su ropa, sus regalos, sus cartas..." Y se quedó callado mirando la repisa que quedaba justo en frente de la cama. Allí estaba, un poco empolvada, la única cosa de la que aún no podía desprenderse: un avión de madera que ella le había traído de uno de sus viajes. "Usted no tiene que devolverme nada, quédese con lo que tenga". Le anunció recordando el pantalón ancho que a ella tanto le gustaba, la camisa blanca de Bugs Bunny con la que ella muchas veces dormía y el saco con el que se había ido. "Yo estaba dispuesto a esperar pero creo que usted exageró". Afirmó mientras cerraba la puerta del clóset. "Así que... yo creo que no hay nada más que decir. Que esté muy bien, la quiero, cuídese, adiós". Se sentó en la cama, suspiró, tomó la fotografía, le dio un beso y se acostó a dormir. Minutos antes de la media noche llegó ella. Entró procurando no hacer ningún ruido pero no pudo evitar tropezarse con el maletín y la caja. Se dirigío al cuarto, se quitó la ropa mojada, se puso la camiseta de Bugs Bunny y se metió en la cama: "¿Otra vez echando a mi recuerdo? Pues te va a tocar recibirlo de nuevo". Le dijo al oído y luego le dio un beso en la boca. Él sonrío, la abrazó y la besó de nuevo. Su ritual, una vez más, había dado resultado.

Imagen: http://elunicornioexiste.blogsome.com/images/maleta_parisfinal.gif

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