domingo, 23 de marzo de 2008

Apagón

Se fue la luz y no he podido encontrar las velas. Me siento al lado de la ventana y me divierto escuchando los gritos de la gente en la calle. Cualquier cosa es mejor que escuchar quien sabe qué dentro de la casa vacía. Escucho la llave en la cerradura. Menos mal entraste gritando mi nombre porque perfectamente me hubieras podido matar de un susto. Me das un beso, me tomas de la mano, tropezamos con las cajas que no hemos desempacado y nos ponemos a jugar. Ahora me importa un pito la luz, por mí, que no vuelva. Mejor, que no amanezca.

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