Sentados en la playa se dieron un beso largo y doloroso, lleno de ausencias y de despedidas. El la miró a los ojos sin entender que querían decirle esos labios a los suyos. Ella le acarició el rostro, se puso de pie y caminó en dirección al mar hasta que el agua la cubrió. Nunca regresó a la superficie.
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