miércoles, 7 de febrero de 2007

Autobiografía

“Sólo quiero ser diferente a las demás”


La timidez era la excusa. La terquedad se convirtió en la evolución de dicho pretexto. La rebeldía fue la conclusión.

Llegó al mundo antes de la fecha prevista. Nunca disfrutó de la leche materna, no se creyó el cuento de Popeye y las espinacas. Cuando le daban crema de zanahoria prefería mezclarla con el jugo y decirle a su mamá que probara lo maluca que estaba. Siempre llegaba de la guardería con la sudadera rota en las rodillas. No le gustaba salir a jugar, prefería sentarse en el balcón a mirar el cielo y perderse en sus pensamientos o sentarse en un cómodo sofá a leer Escalofríos. Pensaba que en muchas ocasiones hablar era innecesario. Creció con el sueño de tener un perro, aún ahora lo sigue soñando.

Su nombre es Jennifer Argaez Urrego, nació el 10 de junio de 1989. Se declara “orgullosamente paisa” aunque confiesa que en un principio no le gustaban los fríjoles; ahora dice que se come toda la “bandejita pero sin chicharrón”.

De pequeña disfrutaba los deportes y actividades en que su papá la inscribía. Natación, patinaje, gimnasia, baloncesto y tenis de campo hicieron parte de su lista. Finalmente, después de terminar los niveles básicos, se dedicó en su tiempo libre al deporte blanco y a otras actividades como las clases de inglés y las de pintura.

En los primeros años de colegio las profesoras la denominaban como una estudiante atenta, muy callada y poco sociable. Reconocían que era una alumna excelente aunque nunca hacía las tareas de religión sobre el evangelio del domingo: “No me llevaban a misa y yo tampoco me quejaba, en realidad ni me gustaba”, dice ella al recordar las notas de “no hizo la tarea” que debía hacer firmar por sus papás.

Fue creciendo y su carácter observador se tornó desafiante. Le mandaban hacer una cosa pero resultaba con otra diferente. Parecía en una etapa de terquedad juvenil; en realidad era la simple muestra de un rechazo hacia las órdenes. Se sentía débil para contestar algún regaño porque al primer intento de modular palabra sus ojos se llenaban de lágrimas, odiaba que la vieran llorar. Prefería demostrar su carácter con hechos. Una de sus mayores satisfacciones fue hacerse merecedora de la excelencia académica en un año durante el cual viajaba a otras ciudades, cada quince días, para participar en torneos de tenis de campo.

Por ser géminis, el horóscopo la define como cambiante y sí que lo es. Ahora poco queda de la pequeña tímida y poco sociable; no le teme a los nuevos retos, ama la aventura y la libertad, es una persona alegre, observadora, activa y que no le gusta complicarse. Su “lado oscuro” está marcado por la impaciencia, la indecisión, el cambio de humor, una tendencia a juzgar antes de conocer y en ocasiones a reprimir sus sentimientos.

No le molesta que la llamen rebelde siempre y cuando no la relacionen con RBD. Lo que más admira es la autenticidad, algo que odia es la homogeneidad y su máximo ideal es ser siempre ella misma: “Nunca pertenecer al montón”.

2 comentarios:

  1. Jenny, la verdad me parece muy cierto lo que dices, eres una vieja estupenda y muy original; siempre te he admirado por hacer tantas cosas que yo no se ni como las haces o hiciste: ser personera, estudiar ingles, viajar y ser la mejor excelencea academica. sigue asi pa´delante y sin reversa. july valde

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  2. Es biografía esta muy bien escrita, se nota que tenés experiencia, es muy fluida y obliga a seguir leyendo, lo que me parece un logro muy importante para un comunicador. Lo mismo lograste en el texto de tu abuela. Tiene una parte muy fuerte y si es así , es valiente hacerlo con tanta facilidad. Vos sos como tesita así que haré mis veces de anémona.

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